
Nos impedirán ver. Nos prohibirán oír. Bajo la camisa de fuerza nuestros miembros se adormecerán... Pasarán los años hasta que algún día ya no recordaremos quienes fuimos ni cómo vinimos a parar aquí. Preguntaremos a nuestros captores: "quién soy?" Entonces será cuando habremos perdido aquello que nos definía, que nos hacía nosotros mismos, les habremos regalado la victoria. Sin embargo, un día, uno de nosotros tendrá un momento de lucidez, uno solo, pero será suficiente para despertar algo en todos los demás. Una persona no puede cambiar el mundo, pero un conjunto de personas tiene el poder de conseguirlo, y eso es lo que vamos a hacer.